ImproLANDS: Así fue la residencia en España

Fer Molina nos hace una crónica de la experiencia durante la residencia artística en España, que organizamos desde Las Cosas que Hacemos, dentro del proyecto ImproLANDS

Las primeras ideas que me vienen a la cabeza es que esta residencia fue un duro trabajo y un éxito. En esta residencia que organizábamos nosotros, planteábamos un espacio para trabajar y mostrar al resto de compañeros del equipo artístico de los otros países nuestras herramientas de trabajo y nuestra metodología. No es que fuera muy diferente a lo planteado en Italia, pero pensábamos darnos un tiempo para poder mostrar claramente los viewpoints y como los trabajamos en la improvisación, que aportábamos Edu Moraleda y yo, o el trabajo de sensorial a ciegas que planteaba Ernesto Zuazo. Así como también mostrar algunos de los ejercicios y dinámicas que estamos haciendo en nuestros talleres ImproLANDS con las comunidades locales.

Por otro lado, tomando como ejemplo lo que habíamos vivido ya en Italia, queríamos que la residencia fuera una experiencia inmersiva dentro de las comunidades. Empezando por el alojamiento, en uno de los pueblos que nosotros tenemos como referencia de trabajo dentro de la Asociación y de Impro Impar: Miguel Ibáñez. Nos acogieron en la casa rural de la Vía Verde nuestra familia allí: Víctor, Manuel y Ana. Esto nos daba la oportunidad de vivir durante el tiempo de la residencia dentro de uno de estos pueblos que están sufriendo esta despoblación. En el caso de Miguel Ibáñez, en los años 50 contaba con una población de entre 300 y 400 personas y ahora cuenta con una población censada de 17 (la realidad es que viven unas 8 personas). Conocemos prácticamente a todos sus habitantes y ellos nos conocen desde hace tiempo. Queríamos que nuestros compañeros de los otros países tuvieran la oportunidad de ver cómo son esos pueblos y como han ido perdiendo población y servicios. También cómo se han ido adaptando a las nuevas situaciones y cómo, a pesar de todo, siguen luchando por mejorar sus propias infraestructuras y seguir mejorando. También la oportunidad de conocer Muñopedro que es otro de nuestros centros neurálgicos. Estos dos pueblos han dado origen a ImproLANDS en España.

Con motivo de la residencia, aprovechamos la ocasión para realizar un talleres con la Asociación LGTBI de Segovia, SegoviaEntiende. Es una asociación muy pequeña y con muchos de sus integrantes pertenecientes a zonas rurales. Tuvimos una pequeña representación de la misma y un encuentro con gente del pueblo de Torrecaballeros. Nos resultó muy interesante poder incorporar a un grupo de chavales que estaba a la puerta del centro cultural para que entrasen también y jugaran con nosotros en ese taller junto con todos los miembros del equipo artístico.Allí pudimos compartir el equipo nuestra metodología de trabajo en esos talleres, aportando nuestra visión y pudiendo compartiendo técnicas. Contamos con la ayuda del Ayuntamiento de Torrecaballeros y, en especial, queremos agradecer a su alcalde y su equipo por su predisposición a realizar las actividades y su apoyo al proyecto. Ha sido un placer encontrar gente maravillosa dispuesta a colaborar con la cultura.

El cierre de la residencia se realizó con dos eventos. Por un lado, en Muñopedro se realizó la convocatoria más festiva y participativa. Vino un grupo de música folclórica y se invitaba a comer a la gente del pueblo. Luego había una pequeña actuación en la que toda la gente acabó participando, todo en un tono festivo y cercano que unifica la vida social de los pueblos. Queremos agradecerla colaboración del pueblo y de las personas de Ayuntamiento que han estado colaborando con el proyecto y nos ayudaron a llevar a cabo este evento.

Por otro lado, hubo un evento más formal, una representación teatral del formato que se había trabajado ya en Italia. El Ayuntamiento de Coca nos cedió el espacio para poder hacer allí una representación, queremos agradecerle también la colaboración. Sentimos que al haber acabado ya el verano, la población estaba más vacía y la convocatoria fue menor de lo esperado. Sin embargo, los asistentes fueron muy participativos y al final se produjo algo maravilloso, un espacio de diálogo con mucho tiempo de desarrollo. Una conversación en la en el que la gente hablaba del pasado del pueblo, de los problemas actuales. Estábamos contentos de lograr los objetivos del proyecto. Con estas actividades poníamos a prueba las diferentes maneras en las que no podemos relacionar con con las comunidades.

Para mi fue un descubrimiento ver estas dos maneras de aproximarnos a la realidad local. Así, creo que tenemos que decidir que resulta más interesante a la hora de comunicar y hacer la convocatoria del formato final resultante de esta experiencia ImproLANDS. ¿Cómo podemos hacer a la comunidad realmente partícipe de este hecho teatral? Sin duda, no puede ser algo unidireccional que se plantea desde el escenario del teatro. Debe ser algo abierto, que les invite a entrar y a participar.

Para cerrar, como organizadores, han sido días de gran esfuerzo por encajar todo, hubo imprevistos que resolver… pero al final nos deja la sensación de satisfacción y de gratitud hacia el equipo que estuvo trabajando, y también a todas las comunidades y gente que ha participado en este trabajo. Este agradecimiento quiero hacerlo extensivo a Manolo, Ana y Victor de la Casa Rural de Miguel Ibáñez, a toda la ayuda que hemos recibido de parte de CIT Campiñas Segovianas, a la colaboración de los Ayuntamientos, en especial al Ayuntamiento de Muñopedro y su grupo de teatro y a la grandísima colaboración del equipo de gobierno de Torrecaballeros en cabezado por su Alcalde y, finalmente, al la Asociación LGTBI de Segovia, Segovia Entiende, que son gente maravillosa.

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