ImproLANDS: Encuentros con la España Vaciada

Fer Molina / Coord. ImproLANDS España – ImproImpar.

Durante estos meses estamos acercándonos a las localidades rurales de la España Vaciada en Segovia y Ávila como arranque del proyecto ImproLANDS en el terreno y para presentarlo. En cada encuentro con los habitantes, nuestra intención es que los habitantes conozcan las actividades y los objetivos del proyecto de primera mano, de una manera cercana y práctica. Cuando contamos qué es lo que queremos conseguir, lo hacemos mostrando las herramientas artísticas que tenemos desde el teatro y la improvisación, con el propósito de que esto sirva como vehículo y promover la conversación.

Porque principalmente queremos crear un diálogo, queremos conocer su visión sobre la cuestión de la España vaciada y el posicionamiento que tienen como pobladores. Queremos entender si están viviéndolo como un problema, o que se les ocurre a ellos, o incluso, si es el caso, qué partes ven como positivas. En base a esto, escuchamos cuáles son las posibles soluciones, enfoques, qué cosas han ido cambiando en el pueblo, qué iniciativas se han realizado y cuáles han sido los resultados.

En cada encuentro, lo primero que queremos es explicar qué herramientas traemos desde el teatro. Por eso arrancamos con un breve espectáculo de improvisación, con dos o tres escenas. Generalmente, y al estar basadas en las propuestas de los asistentes, tienen que ver con el pueblo. La gente suele proponer lo que tiene cerca. Es muy interesante como empieza a funcionar la herramienta de la impro teatral desde el primer momento, ya que nos acerca creando escenas que tienen que ver con ellos y nos ayudan a ponernos en contacto con su realidad.

En la segunda parte, empezamos a implicara los asistentes de una manera activa y participativa, realizando ejercicios y actividades de improvisación. Con ello explicamos cómo funcionan las herramientas que utilizamos en la improvisación encima del escenario y cómo estas herramientas se pueden utilizar más allá del escenario, en la vida cotidiana de las personas, mejorando sus capacidades de trabajo en equipo, de adaptabilidad, aceptación y comunicación.

En muchas de estas poblaciones hemos visto que hay dos grupos de personas que se interrelacionan poco: los habitantes que llevan generaciones, los “de toda la vida” por un lado y los que se han incorporado hace poco sin lazos en el pasado, los nuevos pobladores, por otro. El espacio que creamos les ha permitido tener un lugar donde tener una experiencia en común y donde abrirse para compartir y dialogar. Además, como se plantean situaciones escénicas que tienen que ver con el pueblo, se genera un interesante diálogo en torno a ello.

Para cerrar, realizamos una charla en la que ya de manera más tranquila, más extendida, compartimos sensaciones desde la experiencia de lo que acabamos de vivir, qué es lo que les aporta a ellos esta parte artística y la improvisación. Generalmente, la gente empieza hablando de la parte lúdica. Más adelante, se acaba tocando a la realidad del pueblo, cómo en las escenas se han vivenciado hechos o dinámicas concretas.

La recepción hasta ahora está siendo excelente. Cada vez que llegamos a una población, la gente viene con ganas de descubrir que esto de la impro, y salen muy contentos y agradecidos del trabajo. Después de ver el show de impro, para nuestra sorpresa, están muy dispuestos a participar y entran a fondo en las actividades y dinámicas que les proponemos. En ellas no dudan en abrirse y crear escenas con sus ideas y trayendo sus historias personales.

Nos gustaría destacar ciertas situaciones o comentarios que se han producido en estos primeros encuentros:

En uno de los encuentros, se hizo una escena en la que se veía cómo eran las fiestas del pueblo ahora y como eran 70 años antes. Con eso se pudo ver qué cosas han cambiado, qué cosas no. Revivirlas, para acercarlas y entenderlas.

En otro encuentro vinieron muchos “forasteros” y se habló mucho de la falta de interrelación con los habitantes “de toda la vida”. Aunque estas personas han tenido algún lazo familiar en el pasado del pueblo, actualmente no están conectados, notan una cierta distancia. Se abrieron a contarnos sus problemas para sentirse integrados en la población, como se acoge a la gente de fuera y como una actividad así le ayuda a tener experiencias conjuntas, conocer mejor a los habitantes “de siempre” e iniciar la conversación.

Hemos trabajado con un grupo teatral local y han encontrado muy interesante la impro tanto para el trabajo como para construir funciones que sean más fácilmente adaptables al elenco que tienen, como para crearlas desde las historias del propio pueblo.

En ese mismo lugar pudimos ver distintas historias de integración de gente que vino ya hace muchos años. En esta conversación pudimos escuchar cómo están los “nuevos pobladores” que se han integrado y van a echar la partida de cartas y que juegan a los bolos o al chito. Sin embargo, los que no participan en estos juegos no están tan integrados. De igual manera, este espacio de impro fue un lugar de juego y de encuentro, distendido y lúdico, un espacio donde ponerse en contacto y ponerse en contacto de una manera positiva.

Para terminar me gustaría subrayar algo que nos está gustando mucho encontrarnos y es la buena acogida y la disposición de la gente a conocer nuestro trabajo y el proyecto. Esperamos conocer muchas más personas, poblaciones e historias en los próximos encuentros.

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