ImproLANDS: Muñopedro nos acogió a 5 artistas varados

Ernesto Zuazo, StereoTipos / Impro Impar

En 2019, después de dos años de venir a España desde Argentina, decidí quería traer de gira el espectáculo “Teletransportación” que había montado con mi compañía StereoTipos. Este es un espectáculo de improvisación en total oscuridad, que realizamos con gran éxito durante 12 años en Buenos Aires. Para ello, fue necesario realizar previamente un circuito de talleres a diferentes compañías de personas ciegas o de visibilidad reducida afiliados a la ONCE por toda España, quienes realizaron un invaluable aporte para el montaje. Y traje a mis compañeros argentinos para esta gira.

La gira Teletransportación 2020 fue estrenada a principios de año en Madrid tras una semana de intensos ensayos. Despegó con una gran aceptación del público, lo cual nos dejó entusiasmados durante el viaje a Málaga donde la compañía realizó tres funciones. Fue en nuestro tercer destino, Granada, donde ya comenzó a notarse el miedo por el COVID19, una merma en espectadores y, posteriormente a este, la suspensión de la gira. Estábamos en la primera de las ocho semanas planificadas.

Con el estado de alarma activo, tratamos, con intensos esfuerzos, llamadas e emails y un estado de ánimo entre preocupado y optimista, embarcar a nuestros compañeros argentinos de vuelta a su país. Sin embargo, las fronteras de Argentina se cerraron y se vieron obligados a regresar con el resto del equipo que nos habíamos aislado en una casita en el pueblecito segoviano de Muñopedro por tiempo indefinido.

Allí comenzó una convivencia creativa donde seguíamos creando en confinamiento ¿qué más pueden hacer dos actores improvisadores, dos músicos improvisadores y un productor en confinamiento?

Montamos en el salón un estudio de grabación donde se grabaron las locuciones del reality de nuestra propia historia, con transmisiones online de humor improvisado. La cocina fue nuestro decorado en la pequeña casa rural. La mesa de la matanza de la familia como soporte de las cámaras (con llamadas en vivo y chats ardiendo de participación con toda la gente en confinamiento). Improvisamos, improvisamos.

De Izq. a Dch.: Daniel Nuñéz, Pablo Coca, Ernesto Zuazo, Grod Morel y Nico Deluca

5 personas que viven improvisando, aislados y creativos en un pueblo segoviano de 200 habitantes y 4000 ovejas. Usábamos en redes el hashtag Muñopedro sin saber que sus habitantes observaban con curiosidad cómo difundíamos el nombre de su pueblo en la prensa española y, sobretodo, en Argentina donde contábamos nuestra historia de aislamiento en radio y medios gráficos

Pero el confinamiento se hizo largo y liquidamos los fondos tanto de la compañía, como los personales. Un día uno de los 5 estaba en el supermercado de Segovia donde comprábamos el alimento en los días de pandemia para alimentar a los 5 artistas omnívoros aislados. y me llama por teléfono y me dice que mi tarjeta estaba sin dinero. Corrí a mi cartera donde pensé que habría algo de metálico para comprar comida. Pero sólo cayeron una moneda de 10 y otra de 20 céntimos. Fue el momento de empezar a comunicar que necesitábamos ayuda y usar nuestra creatividad para comer. 

Nos la rebuscamos bastante bien. Hicimos un crowdfunding y eventos online para empresas en México, EEUU, Argentina y Brasil. No solo éramos nosotros, había familias y niños que alimentar más allá de aquella casa. Pero estos ingresos no fueron inmediatos, los resultados llegaron semanas después. 

A cambio de alojarnos en la casa, nos encargábamos de su limpieza y mantenimiento.  Cinco artistas limpiando una casa rural a fondo, todo movido por el hambre y la desesperación. Sacudiendo alfombras en el patio interno de la casa nos encontró la Concejala de cultura del Ayuntamiento. Vino a avisarnos que teníamos una compra en la despensa del pueblo, de la panadería y de la carnicería. Que no pasaríamos hambre y que a través de las redes sociales veían todo lo que estábamos haciendo. Luego de una charla hermosa y aún con las alfombras polvorientas en mano y los estómagos crujiendo. nos quedamos en silencio emocionados.agradecidos sonreímos. sintiendo una vez más que nuestro arte de improvisación nos dio comida.

El pueblo al que llegamos en pandemia sin ver a nadie nos vino a ayudar en el momento justo. Rápidamente y a partir de ese momento empezamos a dialogar con las personas del pueblo a través de los teléfonos , así conocí a los pueblos segovianos de la España vaciada.

Hoy el agradecimiento continua a esas personas sin prisa de mirada intensa. Feliz vuelvo a la España vaciada trabajando con el proyecto ImproLANDS para visibilizar y entender mejor la problemática. Me siento parte de este pueblo, aunque solo viví en uno por 6 meses, pero entendí que no deben desaparecer los pueblos sin prisa y de mirada intensa.

Teletransportación varada

lascosasquehacemos

lascosasquehacemos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba